Vestirse con
elegancia, a la medida, con la confianza de poseer la única irrepetible y
original pieza de ropa para la ocasión no era difícil para los caraballenses
antes de imponerse el color verdeolivo.
Con pesos ganados por
ellos mismos solo tenían que ir a una de las tiendas o quincallas, seleccionar
el tejido, los botones el hilo y las cremalleras escoger y contactar, de las
muchas, a tu costurera favorita que a su vez y según su estilo te podía tomar
medidas o pedirte una pieza que te quedara bien de largo ancho y tiro. Sin
dinero en esa época no había ropa, mi madre pinareña sin la más mínima afectación
psicológica me cuenta entre carcajadas que de niña por los cuarentas en la
escuelita primaria a que asistía la llamaban burlonamente "Peso Neto"
por una saya de tirantes hecha de tela de saco de azúcar que decía literalmente
en su parte frontal y con letras rojas Peso Neto 200 LIBRAS CENTRAL SAN CRISTÓBAL,
lo que me confirma dos cosas 1) que la ropa con letras de haberla patentado
hubiese sacado de la miseria a mi abuelo Antonino 2) que la aparición de las
demandas legales buscando compensación monetaria acrecienta los dañoos psicológicos
en la infancia.......
La época verde olivo
barrio con los rollos de telas de los estantes e instauró el racionamiento, de las
prendas de vestir, había dinero y pocas cosas que ponerse recuerdo haber
vestido pantalones campanas hechos con tela de mantel, pulóveres asfixiantes de
poliéster, mucha camisa de escuela al campo en fiestas de quinces Coqui (el
negrito) marino mercante fue el único que se mantuvo elegante y colorido al
vestir en aquel tiempo, esperábamos sus esporádicas apariciones en el pueblo y aparte
de escuchar sus historias de estancias en puertos de ultramar nos dejaba tocar
la textura sedosa de la tela de sus camisas.......
Juan el de Mente tenía
el domingo libre, se le escapó al mostrador de cemento y al calor del techo de
cabillas y planchas de fibrocemento de la nueva cervecera que nunca dio sombra
ni evito la lluvia por su forma de alas de murciélago, jugo pelota en la tarde
y se lució en el center field con el uniforme de la novena del pueblo y aunque
se ponchó par de veces gano el juego cuando empatados al bate y con las bases
llenas le dio la pelota en el medio de la espalda; regreso del terreno sonando los
metales de sus zapatos "espais" por la acera del Vedado se fue
directo a la casa de Leonardo Machado, Lili salió al portal le entregó una jaba
de papel y ella le enseño SUS dedos pintarrajeados de mercurio cromo y unas
cuantas agujas de cocer dobladas y partidas. Esa noche en el parque Juan el de
Mente nos pasó frente al banco donde Coqui nos volvía a hacer gagueando el
cuento de las rusas, y las pacas de heno, paso, horondo y sonriente, con
camiseta blanca, con colmillo de plata, cadena gruesa, y Santa Bárbara de oro
al cuello, llegó al banco de los peloteros trato infructuosamente de tocarse la
espalda para indicar donde lo había golpeado la bola pero se lo impidieron dos
cosas el dolor y la rigidez de la camisa DE TELA METÁLICA transparente verde clara
y a prueba de mosquitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario