lunes, 20 de abril de 2015

La aspirina del Juez

Autor: Andrés González


Aquí es un dolor cabeza tener que ir frente a un juez por una infracción de transito, él te pondrá puntos en tu licencia, y automáticamente la cuota a pagar en tu seguro de auto subirá. El alivio antes del juicio aparece en tu buzón, te llueven las cartas de los abogados que te quieren representar. Escogí sin fijarme mucho uno de los blancos sobres recibidos, llame al teléfono, el que me contesto me pidió el número de mi tarjeta de crédito, el nombre de la que no vio la luz roja y nos cobró por adelantado 300 dólares. Vestidos como para una entrevista de trabajo, temprano, tan temprano que nos volvió a dar el alegrón aquel de "hacer el uno" y" el dos" en la cola de la Corte," El tres" lo hizo mucho después y sin pedirnos "el ultimo" un joven blanco que parecía tener mucha más desenvoltura en esos asuntos, tatuado hasta los nudillos, un mechón mixto verde y rojo de pelo de una pulgada de ancho le recorría la rapada cabeza de la frente a la nuca, pinzando el tabique de su nariz una taurina plateada argolla le daba un aspecto algo intimidante y horadando cada lóbulo de sus dos orejas un blanco redondo y nacarado arete del diámetro de una aspirina. La cola creció, se llenó de asiáticos, hindúes, de rubios de ojos azules y como les decimos acá de afroamericanos. También los abogados comenzaron a apiñarse saludándose fraternalmente, fácilmente distinguibles por sus trajes, su desenfado y sus maletines de cuero, trate mientras pasábamos por el marco del detector de metales, de adivinar cuál era entre ellos el que ya posiblemente se había gastado en un restaurant lo que le habíamos pagado hacia 21 días. Pasamos al iluminado salón, nos sentamos, espigados micrófonos emergían de las mesas de la defensa, el fiscal y frente a el juez Beb Smith que ya sentado detrás del largo estrado y auxiliado por una encorvada secretaria, escapada de un Home nos explica con su voz pausada, vistiendo su toga negra, sus espejuelos a media nariz, su calva y sus rosados cachetes como es que funcionaba todo el proceso jurídico.... ..Después del "Velorio de Pachencho".una comedia que nos presentaron en el parque de Caraballo en un tablado, como siempre construido frente a la puerta de la iglesia, lo más próximo a una función teatral eran "LOS JUICIOS POPULARES" todo un show par de veces al mes y como en Tropicana" Bajo las Estrellas" en la esquina del parque, casualmente a unos metros del Chalet del juez Serafin el Brujito, usando el alto portal de la escuela para poner una mesa, tres sillas, un micrófono que se pasaba de mano en mano y una bocina amarrada al horcón quedaba todo listo para impartir justicia, los casos y el público los ponía el pueblo, los jueces también después de un aval político y tres meses de entrenamiento, todo "popular" como el ron y los cigarros que se vendían en el Circulo, donde también se hacían de vez en cuando algunos juicios, opción no muy, feliz, pues nuestro eterno verano lo hacia el segundo lugar más caliente del pueblo después del horno de la panadería de Nito Abreu. La mayoría de los casos eran triviales, como el de unas mulatas coleras que fueron acusadas de estar marcando y pernoctando durante varias noches en la puerta de la tienda esperando por el día que iban a" sacar unos cortes de tela" la espera había acabado en una trifulca matutina, por "el uno" en la cola. La testigo estrella del fiscal compareció vestida de miliciana, micrófono en mano, nerviosa no oyó bien lo que le preguntaba el juez y se llevó el micrófono al oído como un teléfono diciendo "repítame la pregunta", una carcajada de los parados en la calle retumbo en el parque y las llamadas al orden desde la mesa no se hicieron de esperar.
Otras veces no era tanta la comedia, más bien, patético el drama, como cuando a los jueces no les pareció bien la cantidad de pelo en las cabezas de unos jóvenes acusados y a tropel arrastrados por la fuerza los llevaron a una barbería cercana y en contra de su voluntad los raparon ...ahí se rieron pocos........
El juez Beb despalillo en un dos por tres como Bartolo plantones de caña, caso tras caso, decidió basándose en las leyes y conversando fugazmente con los abogados, apenas si miro al estrafalario tipo con los aretes de nacar, tampoco se fijó en el aspecto de un jamaiquino con una empasada y alambrosa cabellera amarillenta, uniforme naranja y esposas plateadas al cual le dieron prioridad y amablemente escoltado por dos fornidos policías abandono la sala sin derecho a fianza...Por fin conocimos a nuestro abogado, un jovial afroamericano clarito como Obama, me aseguro podía olvidarme del dolor de cabeza, que no habrían manchas en la licencia de la que no vio la roja, pues aquí el llevártela por primera vez se borra poniéndole un poco más de verde al asunto. El abogado me pregunto mientras yo pagaba en la ventanilla 430 billetes de ese color, de donde éramos nacionales, ..le dijimos,.... se le iluminaron los ojos, y me dijo esperanzado que pronto iría a disfrutar allá, entre otras cosas.. de nuestro eterno verano, nuestro calor y del Salón Bajo las Estrellas del famoso Cabaret, Tropicana y, tomaría ron y reiría mirando el show de las mulatas rumberas con su largas colas de tela ...,. Jueces, jueces de aquí y de allá siempre tomando acertadas o desacertadas determinaciones............
Bebo Bruguera fue juez popular en Caraballo, su mas desacertada decisión la tomó frente al chorro de agua fría del bebedero del comedor del central Hershey cuando atormentado por un intenso dolor de cabeza, se tomó una aspirina que se saco de un bolsillo lateral de su verde olivo pantalón de miliciano y que lo alivio inmediatamente. Cuando llego en la tarde al bajarse del tren fue a su casa donde su esposa Ondina Puentes estaba sentada frente a su máquina de coser, le pidió que le pusiera un botón de nacar a la manga de su guayabera que se le había caído la noche anterior mientras se la remangaba durante un asfixiante juicio en el Circulo, metiéndose la mano otra vez en el mismo bolsillo.....LO QUE LE MOSTRÓ FUE LA ASPIRINA.... Buen viaje abogado que se divierta y trate que no lo pelen por allá....

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