Hoy nos visita Cheo "el cojo", lo hace periódicamente, viaja desde su pueblo San Antonio de Rio Blanco, al vecino Caraballo. Corto el viaje en "El Trompo", guagua que llega y vira sin cesar durante el día entre los dos pueblos hasta la nocturna confronta de las 12 a.m..
Viajo de lado y detrás
del chofer, nadie lo ayudo a subir, nadie a bajar, su único privilegio, es
desembarcar por la puerta delantera, primero deslizara hacia la acera a su
inseparable palo, y a brazo limpio colgándose de los tubos de aluminio se
arrastrara por el pasillo y los escalones hasta quedar sentado en el cemento.
Envuelto en el humo negro del tubo de escape del Trompo que se aleja, mira a
ambos lados para atravesar la Calle Real, clava el extremo deshilachado del
largo madero amarillento en el pavimento y como góndola humana se propulsa
hacia adelante, su cadera rosa y pule al igual que sus manos la parte media y
superior, del garrote, barnizándolo, se producen dos sonidos ásperos,,,,el de
las suelas gastadas de sus tenis azules de cordones blancos, de corte alto que
calzan sus deformados pies al final de sus desnudas y atróficas pantorrillas,
doradas de sol y pantalones remangados mostrando sus rodillas blancas, callosas.
Se tomara un descanso
en un banco de madera del parque, revisara quitándose del hombro su jabuco de
dos asas cerciorándose que están ahí su jarro de aluminio, su cuchara y su
dorada lata de carne rusa vacía convertida en plato hondo. Tira una ojeada a la
cruz del campanario, se abanica con su viejo, sucio y sudado, sombrero de yarey
que para que no se le vuele asegura con un cordón negro que corre desde la raíz
de sus grandes orejas por debajo del maxilar inferior, y gira en su
protuberante nuez de Adam y que junto a su pañuelo blanco al cuello le dan esa
imagen de anciano niño cowboy en caballo de madera.
En el parque, para
Cheo, ahora vendrá la peor parte del viaje a Caraballo, ya lo percibe y se
prepara,.....La turba de muchachos lo rodeara, comenzaran mofándose de su condición,
le darán nombretes y frases que lo ofenden e incomodan, llegado un momento parecerá
un samurái rodeado, arrodillado frente a la puerta de la Iglesia , girando su
tronco, agarrando con ambas manos su garrote apoyándolo en su hombro, listo
para el bateo, acosado por la pandilla, que lo provoca y se burla, de él sin
contemplaciones; calcula el lanzamiento que hará para vengarse y, con un rictus
de odio para alboroto y climax del evento lanza con fuerza horizontalmente a su
inseparable compañero, tratando de alcanzar a alguno de los jodedores. Se
cagara en sus madres y luego esperara a que se lo devuelvan para repetir el
ciclo varias veces hasta que se aburran y lo dejen tranquilo, nadie intercederá
por él..........
Cheo el cojo se ira después
de casa en casa, recorrerá Caraballo, pasara haciendo equilibrios por los
puentes de madera hacia los portales, pedirá comida y limosnas, golpeando las
puertas con su palo, botará lo que no le apetezca a las cunetas, merodeará en
los bares, mal afeitado, oliendo a sudor y, tomará el Trompo de regreso a su
San Antonio en la parada de las Cuatro Esquinas, poniendo su palo por delante,
junto al chofer, que cerrara la puerta cuando llegue a su lado de rodillas y
sin ayuda se siente de lado, agarrándose de los tubos de aluminio en el asiento
lateral junto al hueco de la escalera...
Me precio de conocer
el sufrimiento humano pero si he de recordar una mirada de frustración, de
desesperanza y de resentimiento con la vida que le tocó.... escogería la de él.