Estrecha, empinada, boscosa y poco transitada, mi calle es
la estera por donde camino para hacer ejercicios con mis dumbells de 5 libras,
uno en cada mano. Por ella voy y vengo múltiples veces recorriéndola ida y
vuelta...., ida y vuelta, hasta que me canso o me aburro, de hacer U en cada
punta, trillando la distancia similar caraballadamente hablando a la que hay
del parque a las Cuatro Esquinas. No importa si Invierno o Verano Primavera u
Otoño, feriado o laboral, oscuro o claro nunca veo a nadie, en las terrazas de
las casas, nadie se sienta afuera en los suntuosos juegos de patio, se pudiera
decir que hay vida interior por las luces y los destellos de las pantallas de
los televisores a través de las cortinas. En 72 meses solo Roger quizá por
vivir, al cruzar ( frente por frente), de mi edad, divorciado, ermitaño, tomo
parte de su tiempo y sin prisa compartió conmigo conversaciones informales
soportando mi acento "de pie" junto a su buzón, llegue a saber a que
se dedicaba, algo de su familia, hasta compartimos número telefónico y cuando
lo usaba para saber desde Florida si había tormenta invernal o sequía, me
encontraba al regresar los tomates del jardín regados, o mis escalones limpios
de nieve. Buen tipo Roger, capaz de sacarle mientras cortaba su césped de las
pezuñas a sus dos gatos un chipmunk al que ya casi se almorzaban y caminar loma
arriba con el ratoncillo descansando entre sus guantes de trabajo para ponerlo
a salvo. Supo bastante de nosotros, de mi nacionalidad de mi familia, fui el
que delate con pruebas gráficas al oso negro que le tumbo dos veces el tubo
erecto con la comida que le compraba a los pájaros. Estuve tentado en más de
una ocasión cuando lo veía salir a su terraza olfateando nuestro sofrito de
llevarle un plato de frijoles negros, nunca lo hice, me lo impidió la máscara
formal que vamos aprendiendo a llevar por acá arriba, un modo de interactuar con
aledaños que lo tienen todo, a lo más, un saludo a través de la ventanilla de
alguien que vive a dos casas de ti y que nunca sabrás su nombre, un
"Hi", corto y agudo si te cruzas a pie con alguien con una bolsa plástica
en una mano que colecta la gracia de su perro o sale a montarse en su carro. Pues
si hasta de política alcance a hablar con Roger, cuando le explique una vez lo
que era UN ACTO DE REPUDIO. Me pregunto......"Y porque los temerosos
acosados no llaman a la policía?"..........
Hasta las hormigas en los portales de Caraballo se detenían
para interactuar, yo las recuerdo en sus caravanas parándose y comunicándose
con las antenas antes de seguir su camino. La versión caraballense más parecida
al Hi de aquí es el largo sonoro, baritono EEEEYYY de callejón del guajiro a
caballo pero era a todo brazo extendido hasta de sombrero quitao mientras te
pasaba por el lado con sus alforjas y su mazo de verdes cogollos a cada lado,
seguido por tres perros que cagaban donde mejor les convenía. Dentro del pueblo
era imposible deambular sin ser capturado irremediablemente, en las primas
noches por los que abriendo las puertas de dos hojas arrastran como trineos los
dos sillones y te convidan a entrar y sentarte a conversar, mientras te balanceas
informas y te informas.
Una caminata para llevar una carta al correo puede demorar
una eternidad si te detienes a oír una explicación de Emiliano que de pie
frente al banco trata ante su audiencia de vencer una silaba con un resuello
profundo y las venas del cuello a punto de estallar. Ay de ti si en la esquina
te tropiezas a Raudel Alegre que blindado de pies a cabeza contra los rayos ultravioletas
con sombrero mangas largas pañuelo al cuello como cowboy el, cuando vacíe el
recogedor dentro del tanque de su carro de basura apoyado en el escobillón te retendrá
con la mejor disertación política, y lo escucharas rato, rato y se te quedaran
definiciones como esta "SON INTRÍNSECAMENTE PERVERSOS" para toda tu
vida.
Tampoco podrás esquivarte de las monalisas de los postigos
de la calle real, ellas te enredaran en su conversación con su tronco emergiendo,
por las puertas como de una lámpara encantada, veras a Lola la de Cuito y más
adelante a Chea o a Consorcia, pregúntale cualquier cosa, la hora, si paso el
tren, cuanto tiempo hace que no pasa la 44....DE QUIEN TU ERES MI HIJITO? no
pararas de detenerte, y todos te preguntaran o dirán como siguen los enfermos,
quien no llego vivo a Jaruco......el tiempo se te perderá en las tertulias del
portal de Hortensia la mora; curioso tendrás que ir donde el negro Dago Oviedo,
brazos en cruz en el banco de los choferes de alquiler, chancleta de goma colgándole
del dedo gordo de su pie para saber el porque sus carcajadas retumban en el
parque....
Magia de pueblo donde todos o casi todos conocen tu árbol genealógico
y donde la explicación quizá se encuentra en el humeante plato de sopa pasado
de ventana a ventana, de la tendedera, las varas y la bolsa de palillos
compartidas de patio a patio, del
"pasa pa dentro y no te mojes", de la colada de café de las 2 pm en la
bodega de Alfredo Mesa.......
Este otoño fue corto para Roger, 5 días de carro inmóvil, luces
encendidas y gatos mirando por la ventana, me inquietaron lo suficiente como
para llamarlo. Con voz débil me dijo desde el hospital "estoy amarillo",
murió en dos semanas, un hijo que vino a preocuparse por la casa me lo
comunico, y se llevó los gatos'. Yo al otro día, salí temprano a caminar, amanecía,
más arriba una vecina texteaba sentada en su escalera, tenía una máscara facial
de crema blanca nacarada, le dije HI y quise, ser por un momento caraballense
pese a no saber su nombre, solo decirle que Roger nuestro vecino común, había
muerto, al verme caminar hacia ella, aterrada entro corriendo, cerró la puerta
y me llamo a la policía........
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