Sugerencia a todos los Caraballenses no sean intransigentes como el difunto Dionisio Rolo que nunca acepto la Hora de Verano, e instauró una huelga de brazos caídos e inmovilidad rebelde para todas las manecillas de los relojes bajo su dominio. Así fuera, el de péndulo de su sala, o el despertador de cuerda y alegre campanilla de su cuarto, o el dominguero de manilla distensible dorada de muñeca o el cadena y tapa de su profundo bolsillo.
Seis meses dedicado a proclamar la verdadera hora, aclarándole
a los demás caraballenses con pruebas categóricas, enarbolando su verdad a cada
pitaso del tren de Hershey en las Cuatro Esquinas, que realmente en vez de las
ocho de la noche eran las siete de la tarde.....
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