miércoles, 28 de enero de 2015

COME CANDELAS

Autor: Andrés González



En Caraballo recuerdo dos incendios, por cierto de estructuras de techo ecológico, dígase guano. El primero en un almacén de sacos de abono que estaba detrás del cine, este catalogado por las autoridades de aquel entonces (y de ahora) como "sabotaje"  y el segundo, que a mi modesto y tardío entender, tuvo un autor celestial, santo e incapturable por el G2. Todos los eneros 25 las campanas de nuestra iglesia amanecían repiqueteando llamando a celebrar a nuestro patrón que de paso le pega muy bien a esta memoria pues antes de "abrir los ojos" Pablo era intransigente y perseguidor de los cristianos y después se convirtió al bando de los perseguidos cuando una voz y un trueno celestial le pegaron el susto de su vida en el camino de Damasco y pasó a ser un disidente. Necesito para centrarme en ese día aclarar que este específico 25 de enero ocurre en los tiempos en que "creer en algo" era más o menos un motivo de ingreso en un hospital psiquiátrico, una razón de peso para no ser pionero o matricular en la Universidad. Para salvarnos "del opio de los pueblos" estaba de moda hacerles paredes al frente a las iglesias, para corroborarlo, lléguense al parque del vecino San Antonio de Rio Blanco si no se ha caído... allí está el muro........ Se anunciaron tres orquestas famosísimas del momento, Pello el Afrocan, Pacho Alonso y sus Bocucos y La Orquesta Aragon, las tarimas fueron construidas la de la Aragon en la esquina de Tano Ibarra, la de Pacho en la esquina de Ibarrola y la de Pello frente por frente a la entrada principal de la iglesia, tan pero tan pegada , que mi indignada madrina Eloisa la recuerdo entrando de costado dando traspies, renuente a entrar a misa por las puertas laterales y dándole fondillasos a las tablas y las pencas de guano. Para un evento como este el orden era imposible garantizarlo con nuestro cuerpo de auxiliares de la PNR, ya en aquel entonces compuesto por una réplica de un desfile actual de los veteranos de la Segunda Guerra Mundial, recordemos que Pello arrastraba a sus fanáticos y estos no eran muy pacíficos que digamos, sobre todo después de la tercera perga de cerveza, así que previniendo la invasión de guapos con motas de pelo sobre las orejas, patillas corte recto, colmillos de oro, pantalones bataolas y navajas de barbero y sus broncas hubo que traer a los fornidos cascos blancos con sus toletes a la cintura, sus polainas y su respectivo carro jaula con fiscal incorporado. Cerca de las 8 pm mezclado con la música grabada de los altavoces se escuchó el último repique llamando a misa.... Cuando las cuarenta tumbadoras los diez trombones los seis cantantes, la rubia y las otras bailarinas de Pello comenzaron su actuación yo que estaba al frente del escenario corrí a la parte posterior del tablado, entré a la iglesia y me asome por detrás del biombo de madera, ..vi dentro cerca del altar donde está pintada la escena de Pablo en el camino y preguntando "QUE QUIERES QUE HAGA""? formando un circulo como un team de football americano planeando la jugada, todos de pie, al cura, Justina Fuentes, Gladys y Sofía Rojas, Lili y Blanquita Machado a Pilar Prendes, a mi madre de crianza y a algunas más que no recuerdo, tratando de oír lo que decía el sacerdote bajo la ensordecedora estridencia de '"MARIAA CAARACOOOLEEESS BAILAA MOZAMBIIIQEE"....Al final de las actuaciones habían anunciados lanzamiento de voladores y fuegos artificiales, detrás del Circulo Social antiguo Liceo, habían construido un ranchón de techo de guano, de estreno para vender cerveza y cajitas de cartón con lechón yuca y congrí... una solución pues el Circulo Nuevo era un horno hasta en invierno, al final de la fiesta comenzaron los silbidos y las explosiones de los voladores y los aplausos y los vítores al "proceso" entonces el resplador y una voz por el altoparlante que alarmada y convocante anunciaba que el techo del ranchón estaba en llamas, aparentemente un volador se desvió "inexplicablemente" y paro en la cobija, al otro día los comentarios del pueblo eran de la heroicidad de los militantes del partido que arriesgando su único traje dominguero arrancaban las pencas encendidas con manos y dientes, yo se lo comenté a Eloisa ella, sin ocultar su beneplácito me dijo "mientras Maria Caracoles no me dejaba oír la palabra de Dios leí el letrero del cuadro al fondo del altar y le pedí un escarmiento a los culpables" (al incapturable disidente Pablo).... Desde entonces a ciertas personas en Caraballo y en otras zonas del territorio nacional se les empezó a conocer como "COME CANDELAS" Y LO MEJOR, NUNCA MAS TAPIARON LA PUERTA DE LA IGLESIA.

martes, 13 de enero de 2015

Las Malas Noticias de Plácido el Manco

Autor: Andrés González

Si algo nos ponía en Caraballo la carne de gallina y nos hacia tragar en seco y sentir un escalofrió descender de la garganta a la rabadilla era abrir la puerta y encontrarte a Placido el Manco. En realidad no era él lo tenebroso, sino su encomienda, con pericia manual frente a tu cara con solo seis dedos en sus manos (cuatro, menos el pulgar de una de ellas, los había perdido en un accidente de ferrocarril) como mago moreno salido de una lampara humeante, podía cambiar tu vida con el telegrama que diligentemente y diría yo con cierto regocijo te entregaba, haciendo el malabar de quitarse el mocho de tabaco de la boca para hablarte, sacarse y darte la tablilla con la lista de los próximos reclutas de debajo de un sobaco, sacar un lapicero del bolsillo de su camisa, para que quedase con tu temblorosa firma, constancia y conocimiento de que el Comité Militar ya sabia que habías arribado a tus dulces masculinos diez y seis abriles. En peligro inminente tu melenita y tus pantalones de corte tubo, tus fiestas de quince y tus estudios secundarios.

Placido implacable te visitaría una vez y otra vez siempre con su mismo enroque manual a seis dedos de telegramas, citaciones, lista de nombres, lapicero tabaco y humo, algunas veces para bien temprano de madrugada salir desde San José de las Lajas en camiones para el Hospital Militar y allí en fila india desnudos y con tus ropas y zapatos en una bolsa de mano, pasar frente a sonrientes enfermeras militares que te pesaban y median, de especialista a especialista, oftalmologos, cirujanos, ortopédicos, siquiatras, etc., etc. y el temido urologo, después ya se sabe esa noche a contar en un banco del parque a tus curiosos y aterrados amigos como fue tu primera experiencia con un grazozo, y puntiagudo indice enguantado. Dejemos a este galeno dedo y concentrémonos en los seis de Placido ....., si que él cambiaba tu vida ...., prácticamente, en unas semanas cuando volviendo a tu puerta te daba tu ultimo telegrama y después de unos tres meses perdido del pueblo, en una siempre lejana unidad militar, reaparecías por lo general mas flaco, flagrantemente vestido con tu gorra y uniforme verde olivo chillon nuevecito y siempre extragrande para tu talla, con unas pesadas negras y chirriantes botas rusas, tu coco pelao, tu salario de siete pesos al mes y tu pase de 48 horas.... Como volcán dormido Placido hacia erupción citatoria de vez en vez, de cuando en cuando cónsul guerrero combativo y temido mensajero en Caraballo del comité militar de San José de Las Lajas.

En los intervalos de paz citatoria y como espada de Damocles, se le veía en las Cuatro Esquinas en su trabajo habitual, parando el tráfico al paso de los trenes, siempre con presteza y usando su dedo pulgar como pinza y tenaza (esa mano la usaba para estrechar tu diestra cuando te saludaba, una sensación táctil inolvidable). Allí también intercambiaba del sobaco a las manos la banderola roja, el tabaco y los ejemplares de Granma, los cuales coincidentemente era el encargado de vender en el pueblo........ en resumidas cuentas, tanto en la guerra como en la paz, siempre y PLACIDAMENTE .... repartiendo y sacándose malas noticias de debajo de la manga.