lunes, 11 de septiembre de 2023

Oferta especial

 Autor: Andrés González

El que quiere que le compren, se anuncia. Vender es el arte de persuadir, convencer al cliente de que lo que le ofreces le hace falta y que es de calidad suprema. Hace unos días sin remordimientos me enviaron una oferta para un lujoso camposanto…

La actividad comercial en Caraballo a mediados del pasado siglo era sorprendente, si en un mapa del pueblo de la época pusiéramos en círculos los lugares de los bares, bodegas, quincallas, talleres, gasolineras, coloreando las bolas en rojo y las calles en verde tendríamos un Pino Navideño y la estrella sería la Bodega de Orlando Flores en los 4 Caminos. Hagan el ejercicio mental y verán la infinidad de negocios particulares, incluyendo estudios fotográficos y servicios funerales, si le ponemos al árbol las barberías como foquitos se llenaría de luces.

Ernesto Guillama no se anunciaba, solo ponía una canoa de aluminio en el mostrador con chicharrones enormes asomando sus lomos crujientes, era suficiente. El Cubano tampoco se promocionaba, en su cuarto boutique atrás de la bodega del Chino Juan, colgada sus piezas, camisas, abrigos, pantalones de gabardina para la venta. Lo mismo que Marieta sus periódicos y revistas colgados con palillos de tender en su ventana.

Por los campos, Capote en un carretón de caballo abastecía a los guajiros con un servicio surtido de víveres (Amazon) manteca arroz café azúcar, no se anunciaba. Jesús la Campa te dejaba escoger los hilos, los encajes y los botones sin interceder y tomándose calmado y a sorbitos, su café, menos caliente en el platillo de la taza. Estelita la de Bulila era más dada a la gestión de estimular al comprador, sus bicicletas a la venta frente a la barbería de Rufino su padre; eran una tentación en la presentación, adornadas con parrillas y guardapolvos tachonados, asientos almohadillados, manubrios con colgantes flecos de colores o colas de animales, fotutos y timbres sonoros, irresistibles.

La excepción, Sara la Mora, vendía por la calle, de todo, volviendo a el símil del árbol  ella andaría por las ramas verdes, se le recuerda por su forma de promocionar sus variados productos, con su acento libanés un día capturó a Estela Bolaños en su portal, conversaron inicialmente sobre cosas triviales Sara le dijo “la muerte de ella no es como la de antes“, “quien se murió?” dijo Estela, luego se aclaró que era asunto de pronunciación se refería a (La Mortadella) entonces  pasando al negocio le propuso unos espejuelos para ver de lejos, le dijo “póntelos son tan buenos  que vas a poder ver desde aquí los conejitos blancos en la granja de Bainoa”. Sabía vender.




No hay comentarios:

Publicar un comentario