Kike Revilla me debe su matrimonio; yo le debo a él unas cuantas arrugas faciales de carcajearme con sus cuentos y su forma de contarlos. Le serví de Cupido Celestino una noche calurosa de festividad patronal en un junio distante. Estábamos parados y de brazos cruzados, él, Tito, y un servidor, entre otros feos de Caraballo; todos de pie con el habitual triste desencajo de los pasmados sin pareja junto a la glorieta del parque de San Antonio de Rio Blanco.
Venciendo mi timidez detuve a un trio de muchachas que avanzaban hacia nosotros conversando entre risas, “Aquí te presento un amigo”, le dije a la del centro, Revilla extendió su mano y ella estrechándosela, le sonrió; "ahora Kike", le dije... "preséntamela tu a mí"…
Salió a relucir esta anécdota cuando los visite hace 24 meses en su casa, de esa primera vez en lo adelante surgió una relación de amor y familia que aún perdura para ellos..... Lo recuerdo sentado con su portafolios de cuero amarillo en las piernas en una afelpada y roja butaca del cine Payret par de horas antes de entrar a trabajar a las aulas de la Escuela de Idiomas en la Manzana de Gomez. El único del pueblo y de la zona en esos tiempos capaz de entender a Fantomas a Delon o a Belmondo sin necesidad de subtítulos.
Pero en donde si era un regalo tener a Kike a tu lado era en el asiento al fondo del pasillo de una Ruta 49, carcajada segura y mantenida desde el Túnel de la Bahía hasta la bodega de Felipe el Chino en Jaruco, Cuentos triviales, familiares, verídicos, como el del día que el joven recluta Cacharro en ocasión de un pase reglamentario de su unidad militar fue a visitar a Sasi por primera vez y de paso pedirle su mano a la familia, Sasi la hermana de Kike estaba entonces en el proceso de espera de la reparación de su dentadura postiza y todos le habían aconsejado tratar de no reírse y procurar cubrirse la boca con la mano al hablar.....
Cuando Cacharro golpeó la puerta, Chucha su madre abrió una hoja de la misma, miro al soldado un poco intrigada y confusa….por detrás de ella apareció entonces la cabeza de Sasi que sin poder contener su alegría dijo muerta de risa EEEEHHH TUAAAQUIII!!!!...
Con Kike te orinabas de la risa, todo un,afrancezado caraballense, mezcla de Napoleón y Alvarez Guedes, con la diferencia de que el diminuto Emperador antes del furioso combate mandaba a orinar a la tropa.....Kike no.... el furiosamente lo hacía al final..."Mais c'est une autre histoire,je suis de'sole.."
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