domingo, 15 de marzo de 2015

Dolor de muelas

Autor: Andrés González



Puse la olla de presión con frijoles negros al fogón, curioso me fui a ver en la computadora como están los precios de las vacaciones en los cruceros, al mismo tiempo que en la contestadora del teléfono oigo la melodiosa voz de la secretaria de mi dentista vietnamita dándome una cita para rellenar un viejo hueco entre dos muelas con un nuevo puente o un implante dental y una corona, El caso es que aparentemente con ese mensaje, si acepto, saldría por ahora volando al techo la idea de verme amaneciendo como un rey, mirando el Caribe Azul y tomando Coronitas.
Dudoso seguí cliqueando, y me encontré con una foto actual del Crucero Aurora, vi que la bandera en su proa ya no es roja....Quien se la quitaría?......... A mediados de la década del 60 los caraballenses adultos teníamos 32 oportunidades permanentes de un dolor dental pero un solo día de la semana para eliminar el sufrimiento, ese día era el Domingo, así que cuanto más cercano al fin de semana aparecía tu "urgencia estomatológica" más afortunado debías sentirte dentro de la adversidad pues usabas menos tiempo, hielo en la cara y, algodoncitos con alcanfor dentro del cráter oscuro de tu doliente muela. Pues sí, tu alivio llegaba temprano el Domingo, de la Habana, en forma de mujer, menuda y de baja estatura, canas disimuladas con tinte azul claro, la Doctora Flora Delgado, cargando su cartera con instrumental, atemorizante y estéril, alquilaba en la casa de Tano Ibarra frente al parque infantil una sección que daba a la cuadra de Orestes Pelota, dividida por una puerta de dos hojas de vaivén, la salita de espera (con sus asientos de caoba y pajilla, colocados en u), de su sillón de dentista.
Afuera en el portal un banco de madera para esperarla sentado por orden de llegada..... A mí me llego mi dolor de muelas un Martes y espere el Domingo desesperadamente, como solo se esperan aquí los fines de semana, a las 5 AM camine la media cuadra que me separaba del parque con diez pesos en el bolsillo del pantalón y una neblina densa, "londinense", que apenas si se veía la amarilla luz del foco en lo alto del poste de la esquina de María Antonia rodeado de un halo gris. Cegado entre la neblina, la oscuridad previa al alba y el dolor, pude ver que había un guajiro ya sentado en el banco con el primer lugar, solo me dijo "desde el Lunes lo tengo" y se volvió a ensimismar en su dolor, al igual que yo en el mío, fue entonces que doblo alguien la esquina, me pareció un anciano con sombrero y andar cansado, él no nos vio, se paró en el medio de la calle y comenzó a hacer zig zags de cuneta a cuneta, con resoplidos furor y rabia fue desenterrando las banderas rojas permanentes que adornaban la calle celebrando algo todos los meses, y que nunca había que quitar, (ese mes la Revolution Bolchevique) las tiraba lejos dentro de los jardines de las casas con odio, a media cuadra se perdió él, pero no el sonido de la extracción de banderas ... El guajiro fue el primero en sentarse en el sillón cuando la doctora abrió la puerta, los demás nos sentamos en el salón de espera, al lado, en casa de los Ibarra a través de la pared de tablas se oían los sonidos cotidianos del despertar familiar, una olla de presión pitando; Rubén el tío de Cuqui y Margarita han puesto los frijoles temprano,...Saltan y me estremecen los quejidos del guajiro por encima de la puerta biombo, contemplo a la bella Yaya Piquero la esposa del Dr Ibarrola que se va a hacer un empaste y me doy cuenta primero que si estudio medicina puedo aspirar a mujer bonita, y segundo que ya no tengo ningún dolor, casi me voy, pero ya no hay tiempo, ahí sale el guajiro como un cowboy, apartando las puertas de la cantina, sudoroso y feliz, detrás al fondo sonriente Flora dice "el proximoo"..... Sentado en su sillón, oigo como ruedan sobre el platillo de mármol los instrumentos que saca de su cartera envueltos en una tela, tiene puesto Revista Semanal en Radio Reloj Nacional, me dice que le fascina oírlo y que, la instruye, también mientras prepara la anestesia y me erizo cuando me pone los algodones en la boca y aterrorizado veo la aguja gotear frente a mis ojos la oigo cantar bajito, llega el momento crucial, siento el metal colándose entre hueso y encía, me hago un arco pero ella sigue tarareando, y el radio junto a mi oído "TIC TAC TIC TAC " "Radio Reloj da la hora" dice el locutor de voz gruesa TALAAN, "8.34 minutos.., este mes celebramos un aniversario más del glorioso día en que el Crucero Aurora..... hoy todos los trabajadores voluntariamente en este Domingo Rojo....." del lado de Tano CHEESS CHEES oigo la olla mucho más acelerada, abro los ojos veo dentista frente fruncida por el esfuerzo y el azul de sus canas y la siento mover mi muela de un lado a otro con la pinza con profesional ferocidad, "Radio Reloj da la hora"..."TALAANN!!!" 8 35 minutos, con una andanada el Crucero Aurora anuncio al mundo...." ahí fue cuando se oyó el zimbombazo del otro lado de la pared, BANG!!!y sonido de tablas quebradas , voces alarmadas, Hilda gritaba "RUBÉN RUBÉN QUE PASO"? abrí los ojos y vi mi muela ensangrentada, contrastando con el azul del pelo de la Doctora Delgado, ella yo y todos los demás salimos y entramos en casa de Tano pensando lo peor; la tapa de la olla había volado dejando una estela de frijoles negros en la pared de la cocina, e hizo un hueco en el techo por donde se veía el cielo azul; yo vire al sillón, recogí mi muela, deje los diez pesos sobre el platillo, salí a la calle; comprobé que el viejo había arrancado las dos hileras de banderolas rojas hasta el final de la cuadra, más tarde vi marcharse a la Dentista en el Chevrolet de Evelio el Cojo; ella se viro antes de entrar al carro y me dijo "no hagas buches". Aliviado quede metiéndome involuntariamente la lengua en mi nuevo hueco, pero conforme de saber quién me lo había hecho, a diferencia me quedo el desconsuelo de no saber quién ese Domingo Rojo sobre cumplió la norma de desaparición de banderas rojas y huecos en las cunetas, hoy entiendo porque las arrancaba, con tanto ardor y pasión, hoy lo esperaría al final de la cuadra con un diploma y una medalla, en el portal de la bodeguita de Eulogio y Aurora….
Los dejo.. voy a ver mi olla que está pitando y tratare de escoger entre este Dentista Vietnamita y su afán de hacerme un hueco en mi bolsillo con su corona o la posibilidad de ver la AURORA o el ALBA haciendo buches con Corona en un Crucero.

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