Con voz pausada, mientras maneja por la Quinta Avenida de la Gran Manzana el que narra el video menciona una por una los nombres de las tiendas destrozadas por la rebelión; lo hace en inglés, le noto cierto regocijo cuando al final de cada una pronuncia un largo “gone", que más o menos significa, desapareció (se fue) ......
La idea de hacer una parada infantil alegórica a la entrada de los rebeldes en la Ciudad de la Habana, en enero de 1959 explotó en Caraballo como petardo entusiasta y festivo; un verdadero Halloween verde. En la tienda de Jesús La Campa y Pellicey se agotó la tela verde olivo, las costureras no dieron abasto confeccionando diminutos uniformes de pantalones con bolsillos de tachones, camisas de mangas largas con charreteras, brazaletes roji-negros del 26 de Julio, gorras, boinas y barbas postizas. Fervoroso Caraballo engalanó su calle Real con pencas verdes de palma real, al fin y al cabo, ese era el color de lo que había triunfado. Ese de la izquierda en la foto soy yo, siete u ocho años cumplidos, no más; mi madrina guardaba su cortada melena en el escaparate, era costumbre guardar la larga cabellera como recuerdo de juventud, me hizo una barba con ella, seis décadas después aún recuerdo cuanto me picó la cara ese día; gracias a la barba fui designado por la directiva a representar a representar jeje…, imaginen a quien….
Recorrimos el pueblo entre vítores y aplausos, apretujados sudorosos y alzando las armas de juguete y con rosarios al cuello en una decorada carreta que tirada el lento Tractor de Perico Brito. Las monjitas canadienses, de blanco impecable, nos dijeron adiós tiernamente desde el portal de la escuela católica…(gone); Aparicio trato de vernos a través de las torres de tibios pastelitos de guayaba de su Bar… (gone); los panaderos corrieron a mirarnos por el pasillo con techo de enredaderas verdes que atravesaba el patio de las Verbenas …. (gone). En el portal del Bar de Abreu (gone) hasta los que jugaban al billar (gone) salieron con su cerveza en mano a ver pasar a los diminutos invasores, para saludarnos dejaron algunos de oír sus canciones de 5 centavos en las vitrolas (gone), las obreras llorosas y los dueños de todos los talleres de costura (gone), los tabaqueros de Bolaños (gone), los trabajadores de Hershey (gone) que bajaban del tren con sus cantinas de almuerzo vacías y sus estómagos y bolsillos llenos (gone), dejaron la comodidad de los asientos en el mostrador, sus batidos de frutas del Bar del Chino Machado, sus helados de la heladera de Julio para salir a la calle y contemplarnos victoriosos aun masticando el sándwich de jamón queso y pepinillos, se conglomeró una multitud vibrante de emoción en los portales de las cafeterías (gone) las 4 esquinas (gone, gone, gone)....... vimos antes de doblar hacia la calle de la Balla de Gallos (gone) las cabezas asomadas a las ventanillas de los pasajeros que regresaban en el ómnibus que regresaban de sus gestiones en la capital (gone); recorrimos todo el pueblo cada bodega, con sus estanterías repletas (gone), sus dueños y sus clientes con sonrisas saludando al futuro (gone). Estuve varias semanas modelando mi traje de rebelde y mi urticante barba a cada pueblo al que iba en la zona, de la mano de mi orgullosa madrina (a la que jamás demandaría), experimenté mi pedacito de vanidad infantil, de mini celebridad rebelde y efímera. En Jaruco, recuerdo haber esperado frente a los postigos de las puertas, al sol del mediodía de sus casas sin portal, hasta que se asomara para verme alguien que se terminaba de dar un baño con un oloroso jabón palmolive GOOONE....!