Al profesor Reyes Cod nadie le sacaba un 100 en Anatomía. Se jactaba al expresarlo, mientras, se guardaba el puntero telescópico en el bolsillo de su larga bata blanca. El, el único sentado en su banqueta giratoria a la cabecera de la mesa de disecciones, rodeada por nosotros, unos 10 (de todas partes de la isla y de más allá) que parados y con narices aguadas y ojos llorosos por los vapores del formol, seguíamos su disertación morfológica chocando las cabezas para mirar más cerca cada vez que apuntaba a algo en los orificios naturales o cavidades expuestas del cadáver. Era en los setentas el terror de los estudiantes de medicina y lo disfrutaba.
La perfección no es humana, he tratado de recordar si en Caraballo había Gente de Cien en lo suyo y les confieso me ha sido difícil, Coro Gil por ejemplo tenía casi 100 en conocimiento de Las Grandes Ligas, lo conseguía siguiendo las transmisiones radiales de los juegos y anotaba todo en cuadernos que apiló de serie en serie. Pichiro en la misma cuadra, sin ir más allá, era un erudito en lugares de la capital; visita obligada la noche previa en un Caraballo sin Google ni GPS si pensabas darte un viaje a la Habana a asuntos legales o de hospital. Hacia el Vedado en arreglos de radio y televisión casi era un 100 Lauzardo. Las fritas de José el de María Antonia les daría 99. Y medio y en el arte de la "conquista femenina" en sus lecciones nocturnas del parque, KIKO estaría sobre los 90 puntos (en su tiempo), hoy, sus lecciones nos llevarían a una demanda por acoso sexual.
Creer en el 100 % del conocimiento o las buenas intenciones de los demás no es bueno, lo bueno es saber que estas siguiendo a alguien que este cerca de ese número, alguien que se leyó la letra chiquita y no solo lo elemental, para el aprobado. Aquí y allá me aterra el convencimiento de que el no competente hace ola, en cualquier campo (de la mecánica automotriz a la meteorología, pasando por la medicina), y lo más lindo que le pasa a cualquiera, ejemplo me metí este verano dando carreras con un diagnóstico erróneo hasta que di con un especialista que estaba cerca del 100, y me dio para mi beneplácito el desmentido….
Yo aprovechando la sombra y el fresco de la iglesia encima de la casita de la turbina que estuvo en la pared (en la foto entre el flamboyán y la palma) estudié para enfrentarme a Reyes Cod y sus cinco preguntas de anatomía…, cuando me cansaba de leer me ponía el libro en la nuca de almohada y miraba el cielo azul y las pencas verdes moverse, siempre temeroso de la bamboleante penca seca colgando del arique…., a unos pasos de mi oía a Emiliano "el gago", con su tartamudeo casi perfecto, casi de 100, ya en pantalón de piyama, camiseta blanca y un palillo de dientes, que se sacaba de vez en cuando, de la boca para articular mejor…. sentado de medio lado, en el banco de granito gris, conversando, y en pantuflas, con todo el que pasa por la acera
La sexta pregunta fue para no darme el máximo, me pregunto dónde estaba el Zocalo (ni idea), con indiferencia tocó con el puntero el madero en donde descansa la nuca del cadáver, "es esto que ves aquí, tienes 95", me dijó y se fue a fumar. Hoy me estuve acordando y les cuento, amanecí mirando la letra chiquita, descubrí en mi pastillero un letrerito en el que nunca había reparado, promociona el incinerador del Estado, y también una foto que encontré de la mata de mameyes que sembré en mi último patio y de los que nunca he comido, descubrí, en una rama, oculto y camuflajeado, un camaleón verde gigante; un chipojo, que intercambiaba desconfiadas miradas conmigo, recelosos uno del otro, sé que nunca nos dimos el 100 de que todo estaba bien y seguro para él, allá arriba en su gajo, ni para mí, debajo de él en la sombra, dormitando con mi libro en la nuca.. Desconfíen.........