El saber hace la calma, nada más inquietante que la incertidumbre que nos
llena de dudas y mortificaciones. Con eso de la sabiduría y tomar las cosas sin
perder la compostura, he coincidido por mucho, con individuos que ostentan
estas dos cualidades, pero con uno de los primeros fue con el caraballense
Mario Rodríguez "Mayin Capote".
Me lo encontré para mi alegría en abril pasado en la cola del gas propano en
una fila india que avanzaba coreográficamente como la onda que se mueve de las
antenitas hacia el final de su anatomía por las paticas de los "cien
pies" cuando caminan. Tuvo tiempo entre impulso e impulso de hacerse esa
foto que les muestro e intercambiar saludos, después lo vi desentenderse un
poco de mí y prestar atención al movimiento de la cola y al igual que el de
"alante", agarro al unísono un tanque en cada mano y los movió elípticamente
depositándolos suavemente en la aspereza de la acera del parque, con el sonido metálico
característico y dar dos pasos más cerca del camión que demoraría 12 meses en
volver....
Mayin, maestro de maestros, que con tiza y pizarrón negro paso a paso de
arriba abajo despejaba incógnitas, desarrollaba ecuaciones y con aplomo y
seguridad, llegaba al resultado. Bueno en Química, Física también y en Biología
supe mientras me alejaba del grupo que sabía Mayin la formula química del gas
que compraba y hasta cuantas atmosferas de presión tendrían los tanques, o todo
sobre la polinización y anatomía de la flor del árbol de majagua que nos
sombreaba.......
Pero de él lo más que recuerdo es de su ecuanimidad, desde los tiempos
cuando sentado en un sillón de su sala familiar levantaba la cabeza del libro
que leía y con mirada indulgente me veía pasar hasta el fondo, como un bólido,
en mi bicicleta a entregarle el periódico 'La tarde' en el comedor a su
subscrito padre según la lista de Marieta por allá por la calle de la Valla,
quien, cuchara de sopa en mano (el viejo Capote) recibía inmediata, información
de sobremesa aunque, al precio, de marcar yo con las gomas enfangadas el
brilloso piso de cemento de María........
Jaruco 11 y 20 de la noche la ruta 257 a Aguacate ronronea con los últimos
pasajeros subiéndose a ella, la próxima, "la confronta".. estará allí
a las 2 de la madrugada, Mayin cruza en diagonal la calle frente a las luces
del ómnibus que lo alumbran, camisa a cuadros de mangas cortas, abotonada hasta
el último ojal del cuello, pantalones de gabardina negros con filo, bajos, y
pliegues; zapatos de cordones acharolados, brillosos, maletín de cuero atestado
y un paso lento, sin prisa. Sube, a la acera, se acerca a la puerta lentamente,
que se cierra justamente en frente a su cara, sin inmutarse balbucea...
"Se fue".... la contempla enfilar hacia el crucero de la línea, humeante,
y empercudida, luego sube al portal de la bodega de Felipe se recuesta a la
baranda y con la mayor tranquilidad del mundo con paciencia de sabio en portal
chino le echa un vistazo a la esfera de su reloj pulsera.., ....te queremos
profe.